domingo, 2 de diciembre de 2012

EQUINOCCIO

Urania Margarita Guerrero Jiménez





Llegaste como el caldero ardiente
Con los rayos del sol urdiendo en mis tejidos
Culminando en mí equinoccio curvilíneo
Devorando mis manos con vino volcánico de tu arrojo

Ritmos que son instrumentos del cielo me modelan
Me tiñen de abreviaturas gloriosas, geometrías que me devoran
Con caricias que son tornados, volviéndome tu piedra preciosa
Se anillan las miradas con aromas del pensamiento
Hay arcas en el diluvio de nuestras bocas

El corazón recorre callejones donde crecen girasoles,
Hay un olor a hierba buena que cuelga de tu cuello como un sueño
Me lleva a ese paraíso perdido, a ese silencio intenso de canciones de lino

Degustar de la poesía sin tacto entre mieles de fresa
Y cocteles de vertebras, saborear los jugos de nuestra esencia
Con bocados tan rojos como tu lengua, Eros en celo junto Afrodita
El que devora la noche, el que escribe en la almohada
Con rosas bajos tus pies, el que ilumina tus ojos de turquesas y siembra amapolas de placer

Hay soles que hierven en mágicas cascadas
El cuerpo se vuelve un solo universo donde descansa el alma
Esclavos del jardín del mar rojo, pliegues de tu piel en mis venas
Se ha instalado el sol en una noche eterna con pájaros de viena



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